A D I Ó S

Se fué el 9 de Julio y, al igual que en anteriores fechas patrias, no tengo nada que festejar. Al contrario, imbuido de bronca, impotencia y desasosiego, me desespera esta Argentina decadente, en caída libre sin contención alguna, gobernada por inservibles y corruptos, con mayoría de cerebros diminutos hechos pelota y una O.P.A(Opinión Pública Alienada) que con sus votos me condenó a tener que padecer este cuarto mandato presidencial kirchnerista. Fui a la marcha conmemorativa y volví a mi casa con la amarga sensación de que no hay remedio. Faltan dirigentes honestos, transparentes, sinceros. Aún no  veo que la oposición tenga un plan para frenar esta catástrofe nacional que fundamentalmente es ética, moral y de valores. Un plan para hacer que los ciudadanos recuperemos la confianza en el futuro y empecemos ya a trabajar unidos en defensa propia. Quiero creer que no todo está perdido. Que la libertad, la dignidad y la rebeldía nos acompañen. Feliz desobediencia y próspera resistencia.