Nunca imaginé tener que soportar un cuarto mandato presidencial kirchnerista. Volvieron potenciados: valores trastocados, prioridades alteradas, males banalizados y una progresiva mezcla de resignación y acostumbramiento popular al derrumbe nacional. ¿Qué hicimos casi la mitad de los ciudadanos para merecer esto? Pues evidentemente no hicimos lo suficiente para evitar que la mayoría los volviera a elegir. Como dijo Mahatma Gandhi: “que haya ineptos y corruptos en el poder significa que quienes los votaron están bien representados”. Muchos cometieron ese error fatal para castigar al Macrismo. Igual que las hormigas, que para vengarse de las cucarachas votaron al insecticida: murieron todos, hasta las libélulas, que habían permanecido neutrales (final de la metáfora). Y ahora ¿qué conductas rectas vamos a exaltar e imitar? ¿Qué buenos ejemplos tenemos a fin de honrarlos y seguirlos para recuperar la vida?. Que la libertad, la dignidad y la rebeldía no nos abandonen