Crónica de una decadencia anunciada

Allá por fines de 2019 asumían el control del ejecutivo la dispareja del Frente de todos, y digo dispareja porque no debemos olvidar que por primera vez en la historia argentina una Vicepresidente eligió a su Presidente de fórmula. Quizás porque su imagen confrontadora estaba desgastada ya, quizás porque ese “espíritu de dialogo” que ostentaba su Presidente era lo que necesitaba para lograr el apoyo de toda esa coalición, sea lo que fuere…la Vice eligió al Presi.

Y llegó el 2020, sin muchos sobresaltos en el verano, dedicando ese tiempo a tirar la bronca y llorar por la “herencia” recibida, ya en ese momento se vislumbraba la intención de la Vice de dar batalla a la Corte, es que este “matrimonio por conveniencia” tenía su acuerdo prenupcial implícito, lograr desmembrar y dejar sin poder a la corte en base a reformas delirantes que atentan contra lo más básico de la República y la Democracia, la división de poderes.

Y fue avanzando y para Marzo de 2020 la OMS declara la pandemia por el Covid-19, la primer reacción del gobierno y su “Ministro de Salud” (recordemos que era una secretaría y festejaron el cambio a ministerio como si fueran barras de fútbol) lo primero que dijo fue “Es en China, acá no llega” … Claramente a los pocos días teníamos nuestros primeros casos y entrabamos en una “Cuarentena Eterna”.

Y es aquí donde comienza a anunciarse ya este proceso de decadencia, teniendo el ejecutivo, como se dice comúnmente “el diario de lunes” (no olvidemos que se desató el Covid-19 primero en Europa), su medida es un Decreto de Necesidad y Urgencia que coartó las libertades de los argentinos y los confinó a sus domicilios en pos de “cuidarnos”.

El problema es que el Presidente se enamoró de la cuarentena, de ese “coro de científicos” que endulzaba su oreja y le decía que sí, que estaba bien encerrarnos a todos, que la economía no importaba, y empezó una especie de selección ad hoc de quien podía trabajar y quién no, quién era “esencial” y con ese proceso que se fue extendiendo en el tiempo y que no tuvo otra medida, fueron cerrando más de 20 mil Pymes, se perdieron más de 1 millón de puestos de trabajo. ¿La respuesta del ejecutivo?, dar limosna, un “IFE” que no era para todos, que no incluía al que perdió su negocio, que ayudaba poco y nada al que tenía un comercio “no esencial”. Y siguieron las medidas, impuestos nuevos para financiar esta limosna, más encierro y sí, la persecución del que pensaba diferente.

Podemos citar mil casos, quizás los más recordados son los “Runners” que fueron perseguidos y que luego de luchar consiguieron poder realizar su actividad (la OMS luego daba la razón de que era necesario el ejercicio), el remero al que persiguieron en lancha por entrenar (estaba solo en el río sin contacto con ninguna otra persona) pero así como perseguían a deportistas y trabajadores, también apoyaban a feudalismos provinciales que aprovecharon este encierro para dar rienda suelta a sus delirios de reyes, recordemos el caso de la represión en Formosa a la oposición por reclamar su derecho al trabajo (hecho que fue denunciado y aún no hay novedades) y por lo que el Presidente hizo caso omiso y solo declaró que el gobernador de esa provincia era muy bueno en su tarea.

Y mientras el Presidente nos apuntaba con su dedo en sus discursos, nos tildaba de imbéciles por querer salir a trabajar y a realizar deportes, el mismo y su séquito violaba el DNU con su fiesta en Olivos, pero no contentos con esto de reírse en la cara del ciudadano, hicieron algo aún peor, terrible y que realmente no podemos cuantificar cuantas muertes se podrían haber evitado, estoy hablando del “Vacunatorio VIP”, sí, del manejo inescrupuloso de las dosis para sus amigos, familiares y conocidos por encima de los ciudadanos que realmente estaban dentro de los grupos de riesgo, sumado a esto, el desmanejo y la toma de posición geopolítica no dejando ingresar vacunas de EEUU priorizando las de Rusia.

¿Pero, en materia económica veníamos bien, no? No, en ningún momento hubo un plan económico que fuera presentado como tal, lo que se evidenciaba y se evidencia aún hoy son medidas populistas demagógicas para tapar con el dedo al sol. Impuestos y más impuestos inventados ad hoc para solventar la emisión indiscriminada, un desinterés o una total falta de idea de cómo abordar el tema de la inflación, un déficit fiscal insostenible que no solo no quieren reducir, sino que en el medio aumentaron la planta permanente del estado para que sus amigos no queden afuera.

Sumado a todo esto, el Presidente tuvo y tiene aún una visión alternativa de la realidad, sí, es como si fuera “Doctor Strange” y en lugar de ver millones de destinos diferentes y elegir el mejor, se quedara a vivir en la realidad paralela que más le conviene a su idea, por ejemplo, cuando le dijo a Rusia que podíamos ser la puerta de entrada a América Latina (luego estalló la guerra con Ucrania), cuando en la OEA defendió a las dictaduras de Cuba y Venezuela, cuando se puso a hablar y comparar la inflación que sufren  USA y la UE con la de Argentina, y últimamente, diciendo que el ciudadano que se refugia en el dólar (porque ellos desvalorizaron el peso) es un desestabilizador. Las declaraciones desacertadas y demagógicas continúan, pero no los voy a aburrir con eso.

No, no me olvidé de la Vice, la Vice que, desde las sombras, desde sus operadores, sus “cartas abiertas” al ver que el acuerdo prenupcial no se cumple, hostiga, presiona, pone palos y tira piedras, se lleva puesto Ministros, maneja las cajas más importantes y por sobre todo sigue hasta las últimas consecuencias son su idea de desarticular la división de poderes. Es cómplice necesaria de esta decadencia del gobierno que arrastra a la Argentina a una situación muy delicada, de la cual ella también hace oídos sordos y vive su realidad paralela.

Así estamos, en plena decadencia, donde los actores sociales comienzan a demandar cada vez más, donde los ciudadanos de a pie la pelean día a día para lograr llegar a fin de mes, donde tenemos infinidad de tipos de cambio de dólar, impuestos por doquier, una inseguridad que se agrava a pasos agigantados y un matrimonio separado de hecho que solo piensa en la división de bienes y nada hace por encaminar el rumbo.

Queda trabajar para que esto no se repita, para forzar una Argentina mejor, un año y medio donde habrá que aguantar la tempestad, porque el mandato deben cumplirlo.

No nos olvidemos de esta crónica, que nos sirva de recuerdo y base para no repetir errores y construir futuro.