Nuevamente la agenda política del gobierno está únicamente orientada a satisfacer los deseos personales de Cristina Kirchner. A pesar de haber recibido todas noticias favorables en el plano judicial, la vicepresidenta no puede con su obsesión. Por su parte, Alberto Fernández, en su afán de agradar a quien lo puso en el sillón de Rivadavia, impulsa enérgicamente un proyecto para ampliar la Corte Suprema de Justicia de la nación a 25 miembros.
Los argumentos que esgrimieron los gobernadores que asistieron a la reunión en Casa Rosada realmente carecen de todo sentido. Vale aclarar que Horacio Rodriguez Larreta (Caba), Rodolfo Suarez (Mendoza), Juan Schiaretti (Córdoba) y Omar Perotti (Santa Fe) se ausentaron. En cuanto a la defensa del proyecto de ampliación el oficialismo sostiene que la actual composición del máximo tribunal no es representativa. Primero porque no es federal. Segundo porque no tiene perspectiva de género. Y tercero nada más.
Es un proyecto que nace muerto. Se requieren dos tercios del senado para designar un juez de la Corte y todavía el gobierno no pudo siquiera encontrar consenso para el reemplazo de Elena Highton de Nolasco.
El poder judicial, por definición es un poder contramayoritario. Esto significa que, de los tres poderes del estado, es el único que no se somete a la voluntad popular. ¿Cuál es el sentido de esto? Básicamente que la justicia pueda emitir sus sentencias sin tener la presión de la política. El kirchnerismo nunca entendió este principio básico del derecho constitucional. Vale recordar el proyecto de Cristina que buscaba que el Consejo de la Magistratura fuera compuesto a través del voto popular.
El gobierno, en una muestra clara de estar en caída libre, en vez de ocuparse de los temas que urgen en este país que no son pocos, está enfrascado en querer modificar la Corte. La inflación es galopante y no hay un solo proyecto o una sola propuesta para poder frenar este flagelo. La pobreza es escandalosa y más allá de regalar planes sociales el gobierno tampoco presentó ninguna propuesta. Vergonzoso.
La agenda del Frente de Todos es la agenda de Cristina. Una sola persona es capaz de establecer las prioridades de gestión. Así estamos. Macri, la justicia, la derecha, el campo, el FMI, los medios de comunicación son los responsables del peor gobierno desde el retorno de la democracia a la fecha. Es preocupante que constantemente en vez de gobernar y mejorarle la vida al pueblo, el oficialismo se encargue de buscar enemigos todos los días.
