El oscuro futuro de Sergio Massa

El presidente de la Cámara de diputados y líder del Frente Renovador está pasando su peor momento político. Venía sintiéndose muy cómodo en el rol de arbitro en la pelea entre el presidente de la nación y la vice. Massa es un experto en llevar y traer. Sin embargo, la llegada de Daniel Scioli al gabinete nacional, puso en jaque sus aspiraciones presidenciales.

El tigrense creía que su candidatura al sillón de Rivadavia no tenía competidores internos. Valiéndose del quiebre entre Cristina y Alberto, apostaba fuertemente a ser el candidato de la unión del Frente de Todos.

Dentro del Frente Renovador, espacio que el ex Ucede lidera, ya son varios los dirigentes que piden romper con el oficialismo. El dilema que ese escenario plantea es que el votante opositor tiene una imagen negativa altísima sobre el tigrense. Los constantes zigzagueos, llevaron a perder la confianza que alguna vez tuvo Massa en el electorado antikirchnerista. Vale recordar que, en las elecciones legislativas de 2013, con una postura fuertemente crítica contra Cristina, Massa logró una victoria aplastante en la Provincia de Buenos Aires.

Por otro lado, la gestión de su cónyuge, Malena Galmarini, al frente de Aysa deja mucho que desear. Es inexplicable con semejante caja y con la posibilidad de llegar a una enorme porción del electorado, Malena Massa haya desaprovechado una oportunidad histórica.

En su territorio tampoco la tiene fácil. Julio Zamora, actual intendente de Tigre, con la reforma de la ley que le impedía volver a presentarse al mismo cargo, hoy tiene el camino allanado para una nueva postulación. Zamora mantiene una pelea histórica con Malena que hasta el día de hoy no han podido saldar. La continuidad de Zamora tampoco está asegurada. En la elección del año pasado, ganó Segundo Cernadas de Juntos por el Cambio.

En la política no hay que dar por muerto a nadie. La historia así lo indica. Sin embargo, el futuro de Massa es realmente complicado. Puertas adentro la llegada de la ola naranja al gabinete es una pésima noticia para sus ambiciones. Y puertas afuera, el descrédito que tiene Sergio Tomás es total. Era hora.