Comunicar la gestión de gobierno es algo indispensable. En cualquier sistema democrático, el pueblo debe conocer cuáles son las medidas y el estado de situación que atraviesa un país. Tras el desgaste de la imagen de Alberto Fernandez sumado a sus papelones públicos, Cerruti fue designada para que los argentinos sepamos oficialmente el rumbo de esta gestión.
Sin embargo, la portavoz no comunica nada. Sus ruedas de prensa no sirven. Se pelea con los periodistas, los acusa de golpistas, miente descaradamente y lejos de traer claridad sobre los asuntos que preocupan a toda la sociedad, Cerruti hace de jurado de sus pares.
Hace unos días, la dirigente de Nuevo Encuentro dijo que era imposible creer que existan aumentos del 20% en los supermercados. ¿Vive en Argentina? Es probable que sí, pero con una realidad paralela.
El dirigente Juan Grabois, acusó a la portavoz de no conocer nada por fuera de los límites de Palermo Hollywood. A juzgar por las declaraciones y comentarios de la autora de “El Pibe”, pareciera que el hijo dilecto del papa Francisco dio en la tecla.
En tiempos de gobierno de Macri, la ex periodista de página 12 se mostraba enérgicamente alarmada por la suba del dólar y pedía por favor que se vaya ese gobierno. Sería por demás interesante saber cual es su nivel de preocupación con la realidad actual.
Argentina está en un momento crítico. Los rumores de renuncia del presidente, la escalada de la inflación, la pobreza en niveles récord, la inseguridad, el desabastecimiento y la incertidumbre generalizada sobre el destino del país, no permiten un minuto más las payasescas declaraciones de la señora Cerruti. Merecemos algo mucho mejor.