La ausencia de un plan económico y los descalabros macroeconómicos fueron dos características que marcaron el paso de Martin Guzmán por el Ministerio de Economía. Luego de la rauda fuga de Matías Kulfas, Guzmán había quedado acorralado y era uno de los pocos albertistas puros que quedaba dentro del gabinete.
Quizá su renuncia no sorprenda, Guzmán en ningún momento de su mandato fue un funcionario con una mano fuerte, que sea capaz y hábil para solucionar los problemas que la Argentina tiene desde hace años. Ni los mercados, ni los argentinos eran capaces de creer en su palabra, la cual tal como ocurre día a día con nuestra moneda a consecuencia de su moderado accionar, estuvo devaluándose a medida que pasaba el tiempo.
Lo que si sorprende es la tan extraña manera que eligió para renunciar, a través de una carta abierta al presidente publicada en Twitter; y eso no es lo más peculiar, la carta fue publicada mientras la vicepresidente realizaba un acto en homenaje a Perón, pareciera como si todo hubiese estado minuciosamente organizado, y el mismísimo Guzmán estuviese tratando de quitar el foco en la vicepresidente y en el acto homenaje para iluminar su renuncia.
En su carta realiza un análisis poco objetivo, no reconoce ninguno de los problemas que hoy afectan a los argentinos. Parece como si no hubiese estado viviendo en el mismo país que el resto. En ningún momento nombró el déficit fiscal, el desequilibrio externo o la inflación, aspectos fundamentales para alcanzar la estabilidad macroeconómica, uno de los principales objetivos que Guzmán tenía en su cabeza al momento de asumir allá por diciembre de 2019. De todas maneras no hubiese podido explayar acerca de la política gestionada para tratar las problemáticas mencionadas anteriormente, ¿Cómo iba a referirse a las medidas tomadas para terminar con la inflación, si las mismas jamás existieron?
El fracaso de su gestión fue rotundo y eso se refleja en su carta. En ningún momento realizó alguna autocritica por no haber encarado la política desde el ministerio con el fin de solucionar algún problema crucial para la vida de los argentinos. Yo me pregunto, ¿Qué ministro de economía no se preocupa por la inflación? ¿Acaso Guzmán estuvo al tanto de lo que realmente ocurrió durante su gestión? La ceguera sobre la realidad fue y es total.
La pandemia de coronavirus y la guerra entre Rusia y Ucrania parecen ser de las excusas más escuchadas dentro del ministerio de economía. Jamás responsabilizarse por la incapacidad de actuar y tomar buenas decisiones será una respuesta, es más fácil echarle la culpa a sucesos exógenos antes que admitir que la capacidad para controlar la situación es nula.
El ex ministro en su carta se refiere a la gran recuperación económica que atraviesa la argentina, la cual se ve reflejada en el crecimiento de 10,3% en el PBI durante el 2021. Insisto ¿Alguna vez Guzmán pudo ver lo que realmente ocurre en el país? Durante el 2020 el PBI cayó 9,9% por lo que aparentemente para él el hecho de recuperar el nivel pre pandemia y superarlo tan solo por 0,4% es un gran logro de su gestión.
La semana anterior el presidente dijo “tenemos falta de dólares porque estamos creciendo mucho”, entonces si realmente estamos en esa situación, tan favorable ¿Por qué Guzmán renuncia? En ningún país con una economía creciente un ministro de economía abandona su cargo repentinamente y de una forma tan extraña.
Seguramente a lo largo de los próximos días se defina quien será el nuevo ministro de economía, mientras tanto Alberto y Cristina deberán sentarse para ponerle fin a su novela y decidir en consenso quien será el próximo en ocupar el cargo.