Tras la renuncia de Sergio Massa a su banca de diputado, asumió su reemplazante Juan Marino. En su toma de juramento el flamante diputado reivindicó la lucha piquetera y pidió por el salario universal.
Lo curioso de este hecho es que no se trata de un legislador que haya logrado su banca por un partido de izquierda o algo similar. Estuvo en la lista de diputados del Frente de Todos. Desde ya, ningún representante del pueblo debería jurar por alguna ilegalidad, pero es más grave aun si quien lo hace forma parte de la coalición gobernante. ¿Cuál es el mensaje?
Es tal el nivel de deterioro que sufre la Argentina que desde el propio oficialismo se festeja arruinarle la vida a la sociedad todos los días.
En la misma sesión, asumió Cecilia Moreau como presidente de la Cámara de Diputados. ¿Pergaminos para semejante premio? Podemos mencionar que la actual titular de la cámara baja fue la impulsora de retrasar la llegada de la vacuna Pfizer al país.
La ceremonia de ayer fue la representación del circo qué es este gobierno. Aplaudían, lloraban de emoción, se abrazaban. ¿Viven en Argentina? Afuera, en la calle, la gente se acercaba al ingreso diputados para escrachar a Grabois, Tundis y otros dirigentes.
El escrache es un método fascista. No se puede justificarlo de ninguna manera. Ni aún el hartazgo ni el enojo actual pueden llevar a eso. Tampoco se puede avalar que el frente oficialista, en medio de este caos económico y social, haga demostraciones festivas como si nada pasara. Sean responsables. ¿Será mucho pedir?