La voz de los dictadores

El presidente ha perdido todo tipo de raciocinio. Cada vez peor. En el marco de la Cumbre de las Américas llevada a cabo en Los Ángeles, Estados Unidos, el primer mandatario encontró un rol que le sienta muy bien: hacer el ridículo.

Se autoproclamó ser la voz de todas las naciones de américa del sur y del caribe. En especial, de aquellos países que no fueron invitados a la cumbre. Es curioso que Fernandez haya querido ser el representante de otros estados cuando en su propia tierra no lo respeta nadie.

Pues bien, los estados excluidos de la cumbre fueron Venezuela, Nicaragua y Cuba. Las razones son obvias: son tres países que no gozan del sistema democrático de gobierno y como denominador común tienen a dictadores despiadados al mando del poder.

Alcanza solamente con recorrer los barrios porteños para darse cuenta la cantidad de inmigrantes venezolanos residiendo en Argentina para entender lo que implica vivir en la Venezuela de Nicolas Maduro. Se calcula que más de 4 millones de ciudadanos del país petrolero han dejado su tierra escapando de una dictadura feroz que llevó a la población a niveles de pobreza que superan el 90%. No solo eso, persecuciones de todo tipo y color a cualquiera que no sea afín al régimen.

Es lamentable que nuestro presidente haya sido la voz de estados que violan permanentemente los derechos humanos. Ni hablar de la cuestión de la dignidad. Representó a Venezuela, país comandado por un sanguinario dictador que alguna vez lo tildó de estúpido. Pero bueno ya se nos está haciendo costumbre ver como Alberto Fernandez es la voz de quienes lo denigran.

Por otro lado, resulta inadmisible desde un plano lógico, atacar a Estados Unidos, cuando fue el gigante del norte quien nos salvó de caer en default.

A Fernández ya no le importa nada. Es un presidente caído en desgracia. No genera confianza ni adentro ni fuera de los límites de la república argentina. Queda un año y medio de su mandato (una eternidad) y francamente me cuestiono como una persona de estas características puede resolver mínimamente los problemas urgentes que sufre el pueblo argentino. Está claro que una felicitación por parte de Maduro desde Irán, no colabora con la inserción que nuestro estado necesita imperiosamente en el mundo. Temible.