En un nuevo capítulo de la batalla que el kirchnerismo ha decidido librar por lo recursos de la Ciudad de Buenos Aires, los subsidios al transporte de pasajeros de las 32 líneas de colectivos que circulan únicamente dentro de los limites territoriales de la ciudad han quedado en la mira del gobierno nacional.
El botín: $13.855 millones, a valores corrientes,que se destinaron durante 2021 a subsidiar parte de la tarifa de los casi 183 millones de viajes que se realizaron dentro de la ciudad. Fuera de la disputa quedan las 103 líneas de colectivos que se mueven entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima, y que para casi 681 millones de viajes en 2021 el gobierno nacional destinó $65.905 millones.Sin dudas un monto mucho más apetecible si el objetivo fuera disminuir el déficit fiscal, pero que también afectaría negativamente al gobierno de la provincia, subordinado a la Casa Rosada.
Por su parte, el resto de las provincias, incluida la provincia de Buenos Aires para las líneas que circulan internamente por ella, recibieron el pasado 2021 unos $27.200 millonespor el mismo concepto de compensación tarifaria.
Los subsidios alos colectivos
Si bien este subsidio destinado a compensar la tarifa que pagan los pasajeros es el más significativo, lejos está de ser el único subsidio que destina el Estado Nacional para financiar el transporte automotor urbano y suburbano de pasajeros.
La tarifa social, que implica un descuento al 55% sobre el valor boleto para los beneficiarios de la misma, entre los que se incluyen a, jubilados y pensionados, veteranos de Malvinas, monotributistas sociales, y beneficiarios de otros planes sociales como asignación universal por hijo, por embarazo, seguro de desempleo, y de varios otros varios programas sociales más, tiene como contrapartida otra cuantiosa erogación de fondos, que habrían totalizado en 2021 alrededor de $7.000 millones para el área metropolitana (AMBA), de los cuales, aplicando un poco de matemática, unos $1.500 corresponderían a líneas exclusivas de CABA.Otros casi $3.000 millones corresponden a subsidios para las líneas de colectivos del interior del país.
A principios de 2018, con el objetivo de beneficiar a los usuarios que debían realizar conexiones entretransportes para llegar a sus destinos, se dio origen al Sistema de Boleto Integrado, que representa hasta un 75% de descuento sobre la tarifa a partir del tercer transbordo utilizando la tarjeta SUBE dentro del área metropolitana. El monto corriente cubierto en 2021 rondaría los $3.900 millones, de los cuales estimativamente unos $900 millones serían imputables a CABA.
El costo del Gasoil para el área metropolitana también se encuentra subsidiado, ya que las líneas de colectivo acceden a un precio menor del combustible. La erogación en 2021 para cubrir la diferencia de precio, giraría en torno a los $825 millones para las líneas de la ciudad y otros $4.425 millones para las que recorren el AMBA.
Finalmente, el costo de administración del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) por supuesto se encuentra subsidiado y representó para el AMBA unos $2.075 millones en 2021. Estimativamente unos $440 millones representan los gastos originados por el uso de la tarjeta SUBE en las 32 líneas de la ciudad.
Así las cosas, las líneas que exclusivamente se mueven en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires totalizaran subsidios por un poco más de $17.400 millones corrientes en 2021, las que circulan entre CABA y PBA unos casi $80.700 millones, consumiendo así en forma conjunta el 77% de los subsidios. Las líneas de colectivos que circulan por el interior del país recibieron a su vez casi $30.000 millones, el restante 23%.

Sin embargo, cuando analizamos los subsidios por viaje realizado el panorama resulta un poco más claro. Cada viaje dentro de CABA tendría un subsidio total promedio de unos $95 corrientes, mientras que dentro del AMBA sería de $112.Si bien con menores fuentes de subsidios, las provincias en promedio lideran el subsidio por viaje con $118cubiertos por viaje, según lasestimaciones de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (FATAP).
Entonces, si bien es cierto que en el interior del país el boleto de colectivo es en promedio superior a tres veces al valor de los $18 que se pagan de boleto mínimo en el AMBA, no es real que los ciudadanos del área metropolitana reciban mayores subsidios que los del interior del país como esgrimen algunos gobernadores que pretenden federalizar la tarifa mínima de $18, y recibir así mayores subsidios del Estado Nacional, que como consecuencia significaría incrementar las partidas en unos $11.000 para el interior, casi el mismo “ahorro” que se pretende obtener recortándole subsidios a CABA.

Una cuestión no menor, es que las tarifas de cara a los pasajeros se encuentran congeladas desde marzo de 2019, mientras que la inflación acumuló desde ese momento hasta diciembre pasado 183%. Resulta razonable que se vean incrementados los subsidios toda vez que los costos operativos, el combustible, etc.suben, pero los consumidores pagan cada vez menos en términos reales. Las cobertura del Estado Nacional sobre la tarifa en 2019 fue tanto para la líneas con exclusividad en CABA como para las que recorren el AMBA de $31, equivalente a $77 de hoy. En términos contantes el subsidio por boleto de $95 y $112 para CABA y AMBA equivalen a $113 y $134 respectivamente, un 47% y 75% superior a lo subsidiado en 2019.
Entonces, a las claras la pretensión de reducir sólo el 11% de los subsidios que se destinan este tipo de transporte no es más que otraburda embestida sobre el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y en definitiva sobre sus ciudadanos, enmascarada bajo la las pretensiones del FMI, y no se trata de una política encaminada a reducir las subvenciones que vía impuestos e inflación financian la totalidad de los ciudadanos, utilicen o no los servicios.
Vale la pena recordar además que la Ciudad de Buenos Aires recibe sólo el 9,9% de los recursos tributarios que genera, coparticipando el 90,1% restante. O sea, de los $765.000 millones corrientes de recursos tributarios generados en 2021, la ciudad sólo recibió menos de $75.000 millones. El subsidio en discusión de $14.000 millones que recibe por esas 32 líneas de colectivo representa el 2% de los recursos que la ciudad cede al resto del país.
Las alternativas al esquema actual
Una particularidad que se aprecia de la política actual de subsidios es que, con mayor o menor grado de inteligencia, todos se encuentran destinados a financiar a la oferta.Sea a las empresas prestadoras del servicio de transporte, fijando tarifas al público muy por debajo de los precios de mercado, o a las empresas proveedoras de gasoil, acordando precios diferenciales para las empresas de transporte, mientras el Estado cubre las diferencias de valor.
Se pierden así las señales que envían los precios en cuantos a la escasez relativa de los bienes y servicios, y se alteran las preferencias de los consumidores. ¿Tiene sentido para las empresas de transporte buscar alternativas más eficientes en el uso de combustibles, si el Estado paga una parte del precio? ¿Es conveniente para los pasajeros utilizar otros medios de transporte públicos o privados, si la tarifa de colectivo equivale al valor de cuatro caramelos, aún a costa de resignar calidad?
La mejor política de subsidios es aquella que tienda a incrementar los ingresos de la población a través del crecimiento económico que traen como consecuencia la inversión y el empleo, y que en definitiva no se requieran subsidios. Sin embargo hasta que Argentina decida recuperar la senda del desarrollo, y aun durante ese proceso, hasta alcanzar el tan necesario crecimiento, existen sectores de la sociedad que requieren de las ayudas estatales para cubrir sus necesidades de transporte entre muchas otras.
En cierto sentido la tarifa social, haciendo uso en parte de la información que tiene el Estado sobre los sectores vulnerables, con discutibles causales de exclusión, así como el boleto integrado, presumiendo que quienes deben viajar más cuentan con menos recursos, han buscado atender en particular a estos individuos más necesitados de la sociedad, pero no sin potenciar los efectos negativos señalados de los subsidios directos a la oferta.
Entonces, puestos a discutir la totalidad de los subsidios al transporte publico de pasajeros en toda la Argentina, sin dudas aquellos que tienen un menor efecto distorsivo sobre el sistema de preciosson los subsidios a la demanda en forma directa, que permiten que sean los consumidores haciendo uso de gustos y preferencias los que moldeen la oferta.
Una opción superadora, son aquellos subsidios a la demanda que inteligentemente logran focalizar los recursos sobre los ciudadanos que efectivamente los requieren y en la medida de sus particulares necesidades, de manera de minimizar el gasto público y el par: presión tributaria-inflación,maximizando las subvenciones sobre los individuos necesitados.
Con la gran cantidad información que el gobierno tiene disponible sobre los ingresos, sobre de todo de quienes reciben otras ayudas sociales, y complementada con mayores datos, bien podría el gobierno asignar directamente en las tarjetas SUBE los montos de subsidios de acuerdo con el nivel de ingresos y las necesidades de los ciudadanos,y que sean estos quien guíen las decisiones de inversión mediante sus necesidades y preferencias de consumo, en lugar del Estado decidiendo que bienes y servicios se deben brindar y consumir.
Al final de cuentas, es tiempo de que como nación federal empecemos a discutir como vamos a retomar el camino del desarrollo económico para así poder dejar de discutir cada vez más de mayores subsidios.